DÍA 1 – El viajero parte desde España hacia Tierra Santa, con un emocionante destino por delante. Tras llegar, se instala en su alojamiento en Tiberias, una ciudad a orillas del Mar de Galilea, y disfruta de la primera noche en esta tierra sagrada.

DÍA 2 – La jornada comienza con una visita al Monte Tabor, conocido por su importancia en la transfiguración de Jesús. Luego, el viajero se dirige al Monte de las Bienaventuranzas, donde Jesús pronunció el Sermón del Monte. Tagba y Cafarnaúm son las siguientes paradas, sitios con relevancia bíblica.

DÍA 3 – Nazaret, la ciudad donde Jesús pasó su infancia, es el siguiente destino. Aquí, el viajero visita la Iglesia de la Anunciación, donde el Ángel Gabriel anunció el nacimiento de Jesús a María. La Sinagoga de Nazaret y la Fuente de la Virgen también forman parte de esta experiencia espiritual.

DÍA 4 – La peregrinación continúa hacia Belén, donde el viajero visita el Campo de los Pastores y la Basílica de la Natividad, el lugar del nacimiento de Jesús. En Caná de Galilea, se ofrece la oportunidad de renovar las promesas matrimoniales. Más tarde, en el Río Jordán, se realiza la renovación de las promesas bautismales.

DÍA 5 – Jerusalén es el destino principal del viaje, y el día se inicia con la visita a Ain Karen, el lugar de nacimiento de San Juan Bautista. En Getsemaní, el viajero puede meditar en el Jardín de los Olivos, donde Jesús oró antes de su crucifixión. La visita al Cenáculo y la Abadía de la Dormición son momentos de reflexión y espiritualidad.

DÍA 6 – La peregrinación en Jerusalén incluye visitas a Dominus Flevit y Gallicantu, sitios que tienen una importancia especial en la Pasión de Cristo. Luego, el Santo Sepulcro es el punto culminante de la jornada, donde el viajero puede experimentar un profundo sentido de devoción.

DÍA 7 – El viajero explora los diferentes barrios de Jerusalén, incluyendo el Barrio Cristiano, el Barrio Judío y el Barrio Musulmán. Cada uno ofrece una visión única de la diversidad cultural y religiosa de la ciudad.

DÍA 8 – El viaje llega a su fin, y el viajero regresa a España con un corazón lleno de experiencias espirituales y recuerdos inolvidables de su peregrinación a Tierra Santa.